2 de octubre de 2012

2 de octubre de 2012 - Sin comentarios

!Peligro, Alto Voltaje!


Han tenido que pasar unos pocos de jueves, meses e incluso años para que tuviera lugar una tertulia de alto voltaje. Quizás dicho así se pudiera pensar que la tertulia del último jueves fue de las que saltan chispas. Y sin embargo nada de eso, la ciento treinta y cinco, fue tranquila, relajada, pero no por ello menos intensa en la charla, ni tampoco carente de buen vino y por supuesto de buena comida. Lo del alto voltaje viene por otro lado. Os lo explico…

Resulta que en esta ocasión el embajador que visitó la sede, no fue otro que “el antonio el largo”, primo hermano de “el ligre”, y a la par personaje perteneciente a una de las familias de electricistas más querida y afamada de la vecina localidad de Montilla. Electrecista fue su padre, electricista son sus hermano y por supuesto electricista es él, t al igual que su primo “el ligre”, como ya he comentado antes. Pero lo de manejar cables es solo la profesión de “el antonio el largo” ya que tras ese cuerpo larguirucho, de marcada barriga insinuante, se esconde un tipo amigo de la alegría, que ironiza de forma elegante con cuestiones trascendentales de la vida, y que al amparo  del maravilloso mundo de las bicicletas se escabulle a golpe de pedalada de los pinchazos que día a día salen aquí y allá.

Yo aparecí en la sede a la par que mi amo, que lo hizo algo tarde ya que venía de dar un ratico de charla junto al “el abertxale” con un tío que vive en Belgrado y con el que al parecer están planificando una “volá” bastante gorda. Al entrar en Brácana Cénter la cosa estaba rondando el pleno y tras los saludos de rigor (de mi amo), me coloqué suavemente y de soslayo en el albero que hay bajo los barriles y tras una botella de amontillado que lleva allí unos pocos de meses sin que nadie le eche cuentas.



Al cuarto vuelta, y tras pasar por el pie de cuba, estaban pegándole al Fino El Despiste que tras acompañar a las tapitas de rigor, fue el compañero idóneo para el primer plato de la noche, un pulpito a la gallega con base de patata cocida que encandiló al personal. A esas alturas las diferentes tertulias se habían echo una, y alrededor de la mesa central “el anonio el largo” contó la anécdota de cuando un día por Úbeda y sin saber que hacer con una bolsa de marihuana que había caído en sus manos, vio como el Sabina que se enteró de la noticia lo buscó de forma rápida y vertiginosa para ponerla a buen recaudo.
Metidos en faena, pasaron al Consejo de Ministros, que una vez más resultó cortito y productivo y de ahí saltaron al juramento. Donde “el antonio el largo” se manejó de forma honrosa y complaciente.
La verdad es que yo que seguía acurrucadito tras la botella de amontillado no dejaba de mirarlos y ver como a lo tonto y sin muchas locuras, no dejaban de pegarse latigazos de Fino El Despiste.
Y del todo otra vez a las tertulias de aquí y allí, en unas se hablaban de las revueltas en el congreso de los diputados, en otras de cómo se ha ido viciando la educación de los hijos y en otras de cómo la lluvia había aparecido en algunos puntos de Andalucía llevándose “palante” todo lo que encontraba a su paso. Mientras en la sede la temperatura subía, en la cocina el Ministro de Alimentación preparaba las brochetas de solomillo que posteriormente presentaría en la mesa central como plato estrella de la noche. Pero claro no hay solomillo que al caer en la plancha no provoque una importante humareda, y aunque en la sede no falta un extractor de fuerte caballaje, no hubo mas remedio que abrir la puerta de la misma para oxigenar un poco el espacio. Esto provocó que algunos de los transeúntes que bajo la protección de sus paraguas eludían la lluvia fueran testigos de lo que dentro se cocía.

Con la sintonía de tenedores y los brindis de rigor degustaron las brochetas al amparo del Fino El Despiste, que seguía corriendo de copa en copa de forma abundante y gratificante.




Lo de los digestivos y lo de la hora mancha ya os lo sabéis, o al menos eso creo. La diferencia estuvo en la riquísima sandia acompañada de uva de mesa roja que sirvió el Ministro de Alimentación como postre y que algunos de los presentes acompañó con P.X.
Yo aproveché el momento de la hora mancha para salir pitando de la sede y poner rumbo al limbo, ya que desde que ha llegado el Camarada Carrillo anda todo muy alborotado y no me fío de dejarlos mucho rato solos.
Y es que os voy a contar la última para que os hagáis una idea de cómo anda el personal.
El mismo jueves antes de marcharme para la tertulia, y a eso de la una de la tarde tuvieron sesión de espiritismo con el fin de conectar con la pasionaria. Nos metimos todos al amparo de unas cuantas de velas en la despensa de la cocina, y en lugar de buscar a un medium encendieron una radio vieja intentando sintonizar la pirinaica. Carrillo, la Amy y Rockberto no paraban de fumar, y en la radio no se sintonizaba nada, todos estaban en silencio y unidos de la mano en un corrillo con los ojos cerrados, de pronto Florinda Chico que se había “jartao” de chicharrones coloraos para desayunar  soltó un carrusel de cuescos con sonido de metralleta. Entonces Carrillo muy metido en su papel dijo de forma solemne. ¡Ahí están, son las hordas fascista ametrallando al pueblo de Ochate!, ¡Resistir, resistir!. Pero claro Manuel Alexandre que estaba al lado de Florinda contestó: Camarada Carrillo en Ochate estarán ametrallando pero aquí se están cagando. Entonces me vi obligado a encender las luces de la despensa y al hacerlo me encontré con una humareda espesa, y  tras ella a unos pocos con las manos en la nariz y a otros tantos pegando “arcas” de lo que allí tenían montado. Como pude disolví la reunión ante los reproches del Camarada Carrillo y las carcajadas de los demás.
En fin que entre el limbo y las tertulias me voy a poner loco…

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