5 de agosto de 2015

5 de agosto de 2015 - Sin comentarios

Ausencias veraniegas


Como resulta que al mes de julio le quedan dos telediarios, la peregrinación bracanera de cada jueves está de horas bajas. Como suele pasar desde que se creo la República, la llegada del verano trae consigo numerosas ausencias, motivadas por el ansia bracanera de establecer relaciones con diferente con los habitantes de todos los rincones del mundo. Algo así es lo que pasó la semana pasada. Por un lado, el Maestro sigue a lo easy rider paseándose por la piel de toro, y no se le espera como mínimo hasta dentro de dos semanas. Por otro lado, el Silencioso ha roto esta semana su inmaculada estadística, debido a un desplazamiento hasta Elche tras el que volverrá con nuevos zapatos según pude escuchar -léase un coche nuevo-. Pero sin lugar a dudas, la baja más significativa el pasado jueves fue la del ministro de alimentación. El Pijo de los Balcanes se encuentra remojando sus santos compañones en la Costa del Sol, provocando más de un suspiro en la República.


Ante una baja tan significativa, el gabinete de crisis estimó oportuno poner al mando de los fogones de manera eventual a mi amo, que se las apañó como buenamente pudo tras la barra, para calmar la jauría que semana a semana rula por la sede. Para ello echó mano de un surtido de quesos ante la ausencia del Pepeluí. Ya he contado en alguna ocasión que el Ministro de alimentación sufre un repelús ante cualquier variante de esta comida. Por ello, esta vez se jalaron tres quesos diferentes: un añejo manchego con aceite, un cheddar holandés con mostaza, y un queso azul de roquefort donde, por cierto, no existe esta variante. El caso es que dieron buena cuenta de ello, mientras iban trasegando Fino Cabriñana de la jarra a las copas y de éstas al gaznate. Como plato fuerte se metieron entre pecho y espalda un lebrillo de pimientos asados con atún, mientras daban cuenta del vino y pasaban de una a otra conversación.


En realidad, como suele pasar cuando hay muchas bajas y menos invitados, la charlita en torno a la barra fue la protagonista de la noche. Hablaron sobre todo de deportes, pero también del destino vacacional que irán tomando los ciudadanos bracaneros que aún no han disfrutado del merecido premio al trabajo de todo el año. Lo que sí me llamó la atención es que los mojitos están ganando terreno a los tradicionales latigassos. El caso es que esta vez la noche cogió a mis compinches con el pie cambiado. Aunque había tenido la previsión de llenar las bodegas ron, la falta de comunicación hizo que se quedará atrás el agua con gas y las limas. Menos mal que quedaban en reserva algunos ejemplares de este cítrico, además de una ramitas de hierbabuena en el congelador, que sirvieron para salir al paso, al menos esta semana. A falta de agua, tiraron de 7Up y Santas Pascuas... mojito al canto y a pensar en la semana que viene en la que se esperan altas, pero también bajas. A ver qué tal se da.


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