15 de diciembre de 2019

15 de diciembre de 2019 - Sin comentarios

A por el verano

Hoy me voy vacaciones por fin. Después de un largo año, sin descanso jueves a jueves, por fin llega el anhelado verano. Este año, por cierto, me toca pasar calor, ya que me voy con Mustafá a Issaguen, en Marruecos. No tengo referencias, pero confío plenamente en mi amigo el búho, quien me asegura que después de las cuatro semanas que nos vamos a pegar allí, voy a volver con nuevas sensaciones y, sobre todo, con una visión distinta para afrontar la temporada de otoño en Brácana.


De hecho, allí el personal empieza ya a planificar como será la época estival, y eso que todavía no ha terminado el mes de junio. De hecho, la Tertulia del jueves ha servido para cerrar la primavera, dando curso a la travesía en el desierto que siempre supone la llegada del verano. Ya sabéis, con las puertas de la sede abiertas, aunque sin dar forma a una lista de invitados concretas que irá saliendo según avancen las semanas.


En cualquier caso, como digo, la temporada de primavera se ha clausurado con el retorno a la República de uno de los personajes míticos de Brácana como el Volti. Llevaba tiempo sin dejarse caer por allí y yo, que lo recuerdo desde las primitivas Tertulia del Callejón, me llevé una grata sorpresa. De hecho, me pareció raro que a mi llegada el Ministro de Alimentación estuviera preparando rosco y perol. Mi primera impresión fue que tocaba de nuevo homenaje gastronómico, que lo hubo, aunque la verdadera razón es que el Volti se había comprometido con un arroz para dar paso al verano con el estómago lleno. No fue el único invitado de la noche, porque con el estuvieron el Arroyito, nuevo en las noches bracaneras, y el Miguel Portero, embajador veterano. La presencia de el Arroyito, sirvió para dar repaso a la dilatada e interesante historia del barrio de las Casas Nuevas, mal llamado del Gran Capitán. Las anécdotas que allí se cuentan, de esta zona de la vecina ciudad de Montilla, son verdaderamente increíbles. Personajes, familias y lugares míticos ya desaparecidos, que dan para una historia de Martin Scorsese, por lo menos.


Como hoy tengo prisa, no me voy a detener mucho, no vaya a ser que pierda el ferry hasta Tánger que ha reservado Mustafá. No obstante, no voy a cerrar este nuevo capítulo sin dejar constancia de las navajas a la plancha, la carne en salsa y el arroz ya citado, que se jalaron en la última tertulia de junio. Además de unas uvas y unos helados, son las últimas viandas de la temporada. A partir de ahora, habrá que ver cómo evoluciona el personal, a lo largo de las vacaciones.
Yo lo contaré a partir de septiembre porque, todos tenemos derecho a tomarnos un descanso, que sirva de impulso para la campaña bracanera de otoño.
¡FELIZ VERANO!

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