6 de agosto de 2020

6 de agosto de 2020 - Sin comentarios

Tiempo de Cuaresma... para beber vino

Febrero ha terminado con el inicio de la Cuaresma, previo a la Semana Santa. Es una fecha especial, a pesar de que en Brácana no tiene especial reflejo. No obstante, para situar al personal, siempre es bueno dejar constancia de los rituales que se celebran más allá de las fronteras bracaneras, para no perder el norte. Como digo, vamos ya a por otros mes que se presenta intenso, sobre todo por la visita del 7 de marzo a las Bodegas Real Tesoro de Jerez.


Pero vamos primero con los nuevos invitados que llegaron a la sede el jueves. En principio eran dos, pero acabaron siendo tres, fieles a la idiosincracia bracanera de pasarse por el forro las previsiones, improvisando el momento... CARPE DIEM, como dijo el poeta romano Horacio. El Manolo Raigón, el Rafa Vázquez y el Dani Sanabria, son los nuevos embajadores de Brácana: un trío discreto, pero con arrestos en el mundo del vino y el alterne. La historia del duo que se convirtió en trío es fácil de explicar porque una llamada de teléfono separa al primero del segundo. Lo que viene a ser un vente p'acá y nos damos unos tientos, que recibió un sí por respuesta de el Dani, que en poco más de diez minutos cambió el sofá de su casa por una copa de vino.


Y con esos mimbres hicieron el cesto. Esta vez voy a cambiar la forma de contar la velada bracanera, cediendo la iniciativa a los propios invitados. No es muy ortodoxo que digamos, pero sí refleja los sentimientos de la peña que pasa por la sede semana a semana. El caso es que a lo largo del fin de semana, tanto el Manolo Raigón como el Rafa Vázquez han enviado sendos mensajes para agradecer al pueblo de Brácana su invitación. Sus palabras se han extensibles (entiendo yo) al Dani Sarabia.



Abrazando la República, o unas reflexiones post-coitum
En estos tiempos que nos ha tocado vivir, tiempos ricos en mediocres y escasos en sentido común, tiempos, al fin y al cabo, de lesa humanidad, tiempos recios en los que nos  olvidamos de lo que somos, aún hay prácticas que nos mantienen vivos.
Los humanos mamíferos somos seres sociales que precisamos comer y beber para sobrevivir, que nuestro único objetivo real en la vida, de acuerdo a nuestra naturaleza.
Pues eso, en estos tiempos en los que la agrupación de cofradías sigue sin admitir cómo miembro de pleno derecho a la Cofradía de la Viña y el Vino, que el Vino-Crucis dejó de practicarse por el bien de nuestros hígados, que la izquierda y la derecha sin conceptos melifluos y engañosos, que el centro es un vacío y que las posturas se polarizan, me encuentro yo, monárquico que fui muchos años de mi vida, y que ahora no sé muy bien ni en qué creo ni quién soy, me encuentro yo abrazando la República. Y lo hago de buen grado. Porque esta República trasciende los muros que construyen nuestros líderes, para reunirnos en la más pura y animal humanidad: el compartir comida y bebida en sociedad.
Por eso abrazo la República de Brácana con gran placer y os doy las gracias, con la esperanza de poder pisar vuestro territorio en futuras ocasiones, siempre con salvoconducto y nunca siendo un ilegal.
Gracias, Bracaneros!



Décimas bracaneras 
"Mi sangre Republicana
He sentido resurgir 
como el prodigioso hervir
de la tinaja temprana.
De la noche a la mañana 
con ilustres caballeros 
por sublimes derroteros,
ungido de aceite y vino
en juramento divino
al grito de ¡¡"Bracaneros"!!"

"Y fue un momento inaudito
el que disfruté esa noche, 
que no tengo ni un reproche 
lo juro por Punselito.
Degusté licor bendito
sin sentirme hostil ni extraño.
De este día de este año 
en que viví tan a gusto
mi "pase" salvoconducto 
guarde yo como oro en paño."


Como decía antes, qué más puedo añadir. Cuando los invitados hablan así de la República, mis compinches -y yo mismo- hinchan pecho, dando por más que bueno el ratico que se pegan cada semana. Por cierto, que vuelvo en quince días. La semana que viene estarán solos en la sede y a renglón seguido se marchan para Jerez.... diáspora vinatera, que diría el otro. Esa si que no me la pierdo para contarlo.

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