8 de agosto de 2020

8 de agosto de 2020 - Sin comentarios

Sin vacaciones, pero con vino

 Pues, como quien no quiera la cosa, ya estamos en julio. Qué lejos queda ya marzo, cuando se tomó en Brácana la decisión de suspender cualquier actividad en la sede hasta nueva orden. Ya os contaba la semana pasada que ahora toca peregrinar y cumplir con las invitaciones que estaban en el aire, siempre procurando espacios abiertos que permitan cierta interacción... pero como dicen por allí, que corra el aire.

Para comenzar julio, la cosa viene cargadita porque ya se han planificado dos salidas consecutivas. La primera, la del pasado jueves, ya estaba programada. La segunda, como contaré más adelante, salió sobre la marcha. El caso es que esta vez los anfitriones fueron el José Luis y el Juanma Rodríguez. Recibieron al pueblo bracanero para realizar una pequeña visita guiada a la tonelería, repasando los pormenores de un oficio tradicional.


Bueno, en realidad, la visita fue la excusa para remojar el gaznate una semana más. Sobre todo porque a lo largo del recorrido, recogieron una jarra de las de volteo con amontillado, que el Ahijao se encargaba de repartir como los aguadores de antaño. Se me olvidaba decir que, además de mis compinches, a esta visita se unieron el Pichichi y el Juan Castillero. Menudos personas, sobre todo este último, que llegó a la reunión en un Citröen DS, conocido popularmente como Citröen Tiburón. 


Como podéis imaginar, el vino no faltó... y la jatería tampoco. Está costando pero poco a poco el personal va cogiendo forma, esta vez remantando la noche con un conejo en salsa, como en los buenos tiempos. Mientras se lo jalaban, se fraguó la quedada de la próxima semana. Será en La Fundi, mítico lugar para el pueblo bracanero, que ya ha encargado un palé de Almax, por lo que pueda tronar.


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