29 de enero de 2016

29 de enero de 2016 - Sin comentarios

El drama del Negos

Hoy me pongo las pilas y escribo rapidito porque no quiero empezar el mes de febrero sin la tarea hecha. Ya os dije la pasada semana que el mes de enero se cerraría con una tertulia preparatoria para la peregrinación a la Bodega La Fundi, que tendrá lugar en el mes de abril. Efectivamente, cuando se trata de asuntos de fiesta, mis compinches se toman la organización a pecho y, en eso del protocolo, andan sobraos. Digo esto porque el jueves pasaron por la sede el Juan Castillero y el Pichichi, para echar un ratico y, de paso, cerrar la fecha en la que tomarán Montalbán al asalto. Lo que no sabían es que el día ya está fijado desde hace semanas, porque el calendario perpetuo de Brácana tiene señalado en rojo el 28 de abril, jornada en la que volverán a La Fundi.


Según pude escuchar, ha sufrido una remodelación importante, que ha durado nada más y nada menos que cuatro meses. Lo curioso del tema es no ha sido el Negos, albañil de profesión, el que se ha encargado del asunto. Este dato me sirve para introducir el hilo conductor de la tertulia pasada, o al menos de buena parte de ella. El caso es que junto a el Pichichi y el Juan, estaba prevista la llegada de el Juan Soler, alias Negos, pero éste hizo mutis por el foro. Su no presencia sorprendió al personal y, sobre todo el propio Juan Castillero, que no disimuló su mosqueo, añadiendo que, como en el fútbol, se le debería imponer una sanción mínima de dos años sin pisar Tierra Santa por tamaño desplante. Hubo quien resumió la parrafada argumentaria de el Juan como el drama del Negos, a pesar de calificar el castigo como excesivo. Lo que sí han determinado, es que en próximas fechas, Brácana remitirá un escrito oficial, mostrando su decepción por rehusar la invitación cursada. La verdad es que, después de escuchar las razones del cabreo de el Juan, no es para menos. El tío estaba currando en Extremadura, se vino para Brácana como alma que lleva el diablo, y al día siguiente se fue de nuevo para la tierra de los conquistadores para seguir el tajo por donde lo había dejado.
Como en Brácana se olvida casi tan rápido como se perdona, tras la charla motivada por la ausencia del Negos, tardaron poco en meterle mano al vino traído desde La Fundi, por cierto, abundante y exquisito según sentenciaron por allí. Esta vez no fueron capaces de llegar hasta el fondo de los tres bag in box aportados, el Juan los puso a bebe ratón. Junior, Adolfo y El Monte, son los nombres de cada uno de los finos catados, por orden de solera, y cada uno con sus características, puso al personal como motos. Parte de culpa la tiene otro de los invitados de las noche. El Mejías Chico -que os voy a contar de este personaje que ya no sepáis- fue otro de los focos de atención de la noche. Sus andanzas fueron motivo de chanza, risas y caras de sorpresa por igual. Sobre todo cuando se erigió como inventor del servicio de comidas para coches o cuando repasó su relación laboral con los compañeros -tres de ellos bracaneros- en Alvear.


No contentos con la terna de personajes que llegaron el jueves, sobre la marcha le dieron un toque al Rafa Rubio... Sí, el América. Os podéis imaginar si le dieron estopa nada más llegar. Pero claro, como el tío está más suelto que la cabra de un gitano, tardó poco en coger temperatura . De hecho, afirmó sin ningún tipo de titubeos, que la labor del ministro de alimentación está un poco por debajo de sus virtudes como cocinero, pero en el top 5 de los maestros de fogones. Esto lo comentó cuando ya estaba sobre la mesa una sartenada de langostinos con huevos de codorniz, con la que cerraron el aparto de jatería el jueves. Con anterioridad, ya había dado cuenta de parte de los chorizos y morcillas con los que llegaron el Juan y el Pichichi que, además, aportaron una caja de fruta digna de cualquier fiestón en la antigua Roma.


Lo que perdonaron esta vez fueron los digestivos. Me quedé pasmado cuando el Paticorto, el ministro de alimentación, el Maestro y el Silencioso apagaron las luces sin los clon-clon reglamentarios. Será que la ausencia de el Ahijao, baja la pasada semana por enfermedad, se dejó notar o, simplemente, quelos años van pasando factura. De todas estas manera sobre este último asunto tengo mis dudas porque, todavía están calentando el nuevo año, y ya han preparado sin anestesia dos salidas fuera de calendario, al Molino del Toro y al Convento de Santa Clara ¡Y yo que lo contaré!

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