8 de enero de 2017

8 de enero de 2017 - Sin comentarios

Otro año a la buchaca.... con más personal

Ni estoy recuperado, ni creo que vaya a estarlo en un largo periodo de tiempo. Aquí, en el limbo, siempre hay cierto respeto a los últimos días del año, igual que sucede en Brácana. De todos es sabido, al menos por los que seguís esta bitácora de manera habitual, que el último jueves del año suele liarse parda en la sede de la República. Esta vez han sido más comedidos, quizás por los notables cambios introducidos en la Constitución Bracanera. Llevo semanas diciendo que se avecinaban cambios importantes y desde el pasado jueves ya son oficiales. Brácana cuenta con un habitante más, de manera oficial. Era una de las promesas electorales del Prresidente y, tras votación en Consejo de Ministros hace algún tiempo, el Félix el de la tele es un nuevo bracanero.


Bueno, la verdad es que había pasado tantas veces por allí, que no me extrañó demasiado verlo por allí el último día del año. Pero claro, luego caí en la cuenta de que era la decisión adoptada: pegarse junto al esto de mis colegas el julepe de fin de año, y empezar el 2017 como un bracanero más. Según pude apreciar no le costó demasiado trabajo, la verdad sea dicha. Por lo demás, el fin de año en la República fue similar al de años anteriores. Una vez más, fui el responsable de animar la fiesta a través de la sintonía de Onda Brácana Antena Pirenáica. En honor al nuevo bracanero, me decanté por una selección de música de la Motown, que sirvió para ir calentando motores en plan turbodiesel: costó trabajo arrancar, pero una vez en marcha el ritmo fue in crescendo.


De igual manera que no falté a la cita con las ondas radiofónicas, el ministro de alimentación tampoco falto a la suya con el marisco. Esta vez no fue pescado en la zona alta de la Carchena, como en Nocheviejas anteriores. El Pepeluí y el Silencioso se desplazaron hasta El Espartero, en la localidad de Castro del Río, alegando razones de reuma para no mojarse los pies. Aunque, lo que en principio se presentaba como una plácida tarde de compras, se convirtió en una auténtica batalla campal, con el resto de clientes que trataban de hacerse con el mejor marisco en los días previos a la última jornada del año. Menos problemas encontraron para adquirir unos lomos de merluza, que fueron pertinentemente preparados al horno, y que sirvieron para aplazar el ánimo tras las campanadas. Con la señal horaria de las 23:45, salieron de la zona de fogones, serpentinas, confeti, gorros, matasuegras... y empezó la verdadera fiesta. Las pasas de la potra marcaron un año más el final del año bracanero, acompañadas de un cava Brut Nature de la firma catalana Bach.





En definitiva, que se lo pasaron pipa, con los mejores deseos para el año 2017, pero también haciendo balance positivo del 2016. Desde que comenzó esta bendita locura, han sido casi 340 tertulias las que ha vivido mi cuerpecito serrano. Además, el futuro se presenta interesante porque, con un nuevo bracanero, habrá nuevas sensaciones, que viviré en Brácana Center, como refleja el juramento bracanero.
En fin cabrones, que el 2017 entre con buen pie y, sobre todo, que esté repleto de jatería, buen rollo y vino a raudales. Del resto ya se encargan mis colegas.
SALUD Y FELIZ ANO NUEVO.

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