26 de enero de 2017

26 de enero de 2017 - Sin comentarios

Noche de caza

El mes de enero comienza lanzado... y con la escopeta al hombro. Digo esto porque la caza fue el hilo conductor de la segunda quedada del año, primera en la que han acudido embajadores hasta la República. La mayoría de ellos forman parte de ese grupo que los fines de semana se levanta al ser de día para pegar tiros, cobrando piezas de los más variado. No es que tenga nada en contra de ellos, peor he de reconocer que el jueves pasado pasé miedo, mucho miedo. Cada vez que hablaban de zorzales, codornices y perdices, no podía evitar que se me erizaran las plumas de la nuca.
¡Joder, que soy un pobre pajarillo y me duele en el alma cuando hacen daños a los de mi especie!
Pero bueno, como ahora soy etéreo, hice de tripas corazón y traté de no dejarme llevar por la emoción, aunque en mas de una ocasión tuve que mirar hacia las botas de Alvear, aguantando el tirón.


El grupo en cuestión estaba formado por embajadores veteranos y noveles. Los primeros fueron el Ramón el de la Caja y el Miguel, acompañados por el José María Trillo. Curtidos ya en las batallas bracaneras, prácticamente ejercieron de anfitriones con los nuevos: el Manolo Jiménez y el Mariano Jiménez, hermanos residentes en Montilla, con la particularidad de que el segundo se suma a la larga lista de miembros de los cuerpos de seguridad que han pasado por allí. Aprovechando que es policía municipal, los cabrones de mis colegas trataron de colarle las matrículas de sus coches, en un intento a la desesperada de evitar multas potenciales. No sólo fue un intento se soborno, sino que hubo quien apuntó que si no había trato a la puta calle. Menos mal que el Mariano es una persona íntegra y les dio capotazo como buenamente pudo.


No tengo más remedio que dar cuenta de la jatería de la noche, aunque no me apetece por los matices apuntados anteriormente. Aún así lo comento de pasada y Santas Pascuas. Los entrantes fueron el queso y el jamón de rigor, bien secundados por una tapita de daube de sanglier (para los colegas estofado de jabalí, pero ya sabéis que en Lavergy son muy dados a los nombres forzadillos). De ahí saltaron a la caza menor -se me escapan dos lágrimas sólo de pensarlo- comenzando por unos zorzales y terminando por una perola de conejo. Al menos tuvieron el detalle de no meterse como postre ningún animalito, apostando por el flan de turrón que trajo el Trillo. Por cierto, fijaos si hay nivel en la cocina de Brácana. El Paticorto de las ondas y mi amo se solidarizaron con mi memoria y rehusaron meterle mano a los zorzales y por extensión al conejo ¿No comieron en toda la noche? Pues si. El ministro de alimentación, atento a la evolución de sus conpinches tiró de huevos fritos y problema resuelto.


Salvado el capítulo de la comida, tengo que hacer referencia a los temas de conversación, porque la cosa tiene miga. Por supuesto hablaron de caza. De la ausencia de conejos, de la merma de pájaros en el campo -serán cabrones- y de la abundancia de caza en otros países como Argentina, donde alguno de los embajadores ha estado dándole al gatillo. También hablaron del frio, porque la vecina localidad de Montilla no ha escapado a la ola de frio que asola la península, y ya ni hablar de Europa. Según dijeron tiene sus ventajas: si quedas incomunicado por nieve no hay que ir a trabajar; como hace frio tienes la excusa perfecta para no lavarte; además, la cerveza siempre está fría, incluso no la metas en el frigorífico.
Otro tema surrealista del que hablaron es de las fotos de boda. Aquí se planteó un problema de máximo calado: ¿por qué los peluqueros ocupan las primeras fotos del album, cuando los protagonistas son los que se están casando? Ahí dejo la pregunta porque la cuestión me tiene sumido en el más profundo desconcierto, no por la respuesta sino por el planteamiento, desde el jueves pasado.


Bueno, os dejo por hoy. Ah no, que se me olvida una cosa. Me han bautizado otra vez. No han podido hacerlo con vino, como ya lo hicieron mientras vivía, aunque el vino sí influyó en el grito lanzado por el Abertxale aludiendo a mi persona como PUNSELITRO.
¿Punselitro? Litros los que os trincastéis el jueves, so mamones. Que no tenéis vergüenza ni pa pegar un sello.

0 comentarios:

Publicar un comentario