5 de enero de 2017

5 de enero de 2017 - Sin comentarios

Tertulia monotemática

Primera semana con embajadores de diciembre (stop)
Colegas del Ahijao (stop)
Más sueltos que la cabra de un gitano (stop)
Cabrones, como le pegan al vino (stop)
El Kamasutra fue el tema estrella de la noche (stop)
La media hora semanal de charla de follangueo, se convirtió en único tema de conversación (stop)


Así, de esta manera tan esquemática, estilo telegrama, resumo lo que viví y escuché el pasado jueves, y que sólo puedo contar de manera parcial, debido al secreto de sumario. La verdad es que con esas seis pinceladas o podéis hacer una idea bastante aproximada de por dónde fueron los tiros esta semana. Para empezar a desarrollarlas, decir que una vez más la balanza de habitantes de Brácana estuvo a punto de inclinarse peligrosamente del lado de los embajadores. Hasta seis ciudadanos eventuales desfilaron por la sede, frente a los ocho bracaneros que cerraron filas ante la ausencia de la Pantera de la ITV. El que ya se ha incorporado al cien por cien es el Paticorto. Ya ha abandonado los medicamentos, encomendándose al dios Baco para curar sus dolencias cervicales.
Pero bueno, a lo que vamos. De los seis embajadores, la mitad fueron de nuevo cuño. Del primero de ellos destaco su nombre de culebrón sudamericano: Alejandro Llamas de la Santa Cruz... ahí queda eso. El segundo es el Manu Morales y el tercero el Pepe Luque, militar de profesión. No pasaron por el atril de los juramentos el Charlie, el Rafa Villar y el Tanque, que ya se camuflan en el ambiente, como si formaran parte del mobiliario, después de innumerables quedadas de jueves junto a mis compinches.


Me detengo ahora un instante en la comida de la noche. Fue abundante y de calidad, regada pertinentemente por fino C.B. De entrantes se metieron entre pecho y espalda jamón, queso, morcilla  frita, menudillo de gallo, y dos empanadas de jamón y queso y de atún con tomate, aportadas por los embajadores. No contentos con esto, remataron en tablas con Petite pomme de terre a la crême, avec julienne de carottes, especialidad muy demandada por los exigentes comensales de Lavergy, pero que cae cada dos por tres en Brácana. Para los no iniciados decir que viene a ser unas patatas a la riojana, por con un toque gabacho.


Pero, ¿qué sería de una buena tertulia sin la charlita como hilo conductor? Pues eso, charlar charlaron como si no hubiera mañana, pero con un único tema de conversación. La misteriosa aparición en la biblioteca pública de Brácana de un ejemplar del Kamasutra dio mucho de sí. Para empezar, hubo lectura de algunas de las porturas más raras. Como ejemplo pongo la del Perro Salvaje. Allí, que el personal es experto en casi todo, tardaron poco en renombrar la citada posición sexual, alegando que eso era un vulgar borriquete, también conocida como la postura del pespunte. También se habló largo y tendido (no lo mal interpretéis, cabrones) de los riesgos que se asumen antes del sexo oral y de otros menesteres que me da cosa de citar en un espacio público. El caso es que la temperatura subió de tal modo, ayudada por la ingesta del líquido elemento, que los juramentos se hicieron a pleno pulmón, haciendo que se tambalearan los cimientos de la República. Bendita juventud, que diría Rubén Darío (léase juventud, divino tesoro).


Por cierto, que se me olvidaba. La presencia de el Tanque en Brácana, lleva implícita unos truquillos de cartas y el consecuente cabreo de el Silencioso, que sigue sin coscarse de que la magia, no hay que entenderla, sólo disfrutarla. Ciao bambinos, hasta la semana que viene.

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