26 de junio de 2015

26 de junio de 2015 - Sin comentarios

Fin a la tiranía padeliana de el Pijo


Aunque la pasada semana os dejé con la miel en los labios, hoy toca hablar de pádel, con la celebración del Tercer Open que organiza la República de Brácana, commo es habitual, en la Hacienda el Rebelde. Ya os contaba que con el follón, no me había coscado de los emparejamientos para el citado torneo. No obstante quedó de la siguiente manera:

GRUPO I
Pijo del Pádel - Ligre
Pijo del Magreb - Ahijao
Paticorto de las ondas - Pantera de la ITV

GRUPO II
Niño - Carlitos Gracia
Silencioso - Pijo de los Balcanes
Abertxale - Maestro


Los estudioso de este deporte aquí, en el limbo, otorgaban el claro papel de favorito a la dupla formada por el Pijo del pádel, como vencedor de los dos últimos torneos, y el Ligre. No obstante, en todas las quinielas había puestas favorables a la pareja de el Niño y el Carlitos Gracia, como equipo revelación del Open. Finalmente estos últimos dieron la sorpresa y se impusieron contra pronóstico, en una final en la que el Niño y el Ligre fueron meros espectadores.


Ambas parejas llegaron con una trayectoria inmaculada a la gran final, disputándose las bolsas de cabezas de ajos con las que estaba dotado el primer premio. Apenas si ofrecieron resistencia la dupla del Paticorto de las Ondas-Pantera de la ITV y la del Abertxale-Maestro, porque las otras dos, fueron meras comparsas, más pendientes del isostar campero -léase vino- que rulaba por los exteriores de la pista.


Centrándome en la gran final, el Carlitos se tomó a pecho la competición, mientras que el Pijo del pádel volvió a tirar de competitividad, haciendo frente a su primo. Los otros dos, el Ligre y el Niño las veían pasar, pero prácticamente sin olerlas. Aún así, la aportación del joven bracanero fue decisiva para decantar el campeonato del lado de su dupla, llevándose finalmente los ajos para casa.


Como anécdota, tal y como queda reflejado en la foto, diré que por primera vez el Open de pádel contó con recogepelotas. Fueron el Ahijao y el Paticorto los que asumieron este rol, hasta que echaron cuenta de que mientras corrían tras las pelotas, no podían beber vino.
Es lo que dio de día el Torneo de este año, que esutov un poco más descafeinado que en ediciones anteriores, tanto que en El Heraldo de el limbo apenas si han hecho una breve reseña en la que se cita textualmente: "El Pijo del pádel: el príncipe destronado".


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