28 de enero de 2020

28 de enero de 2020 - Sin comentarios

Con el vino hemos topado

La República Independiente, Laica y Anárquica, por la Gracia de Dios, de Brácana llega a la mitad del mes de enero en plenitud de facultades. Después de dos semanas de aclimatación, más o menos como si el objetivo fuera alcanzar la cima del Everest, ya puedo afirmar sin riesgo a equivocarme, que han cogido temperatura. Porque el objetivo en realidad no es hacer cumbre, sino llegar a ella lo antes posible y quedarse allí a vivir. Esta afirmación tan contundente se basa en que el jueves pasado dieron casi con todo el vino de la sede, excepción hecha de la reserva bracanera, que pasa eso está.
La verdad es que para seguir el ritmo de Brácana, cuando está a pleno rendimiento, hay que estar curtido y, en honor a la verdad, los invitados del jueves lo están. El Rafa Cabello, el Chechu Alguacil y el Aníbal Liñán no sólo no desentonaron sino que le echaron gasolina al fuego a lo largo de toda la noche, animados por el calor que la República siempre dispensa a sus invitados.


Fue una noche en la que se saltaron buena parte de los protocolos. Los invitados llegaron con varios presentes que se entregaron nada más poner pie en Tierra Santa. Uno de ellos fue una escultura réplica de los arcos de la Mezquita de Córdoba, al menos eso me pareció ver. El otro un copero tela de guapo, hecho del fondo de uno de los barriles de la Tonelería del Sur, donde trabaja el Rafa. La inscripción del barril ya fue una declaración de intenciones: Hay dos tipos de vino, el que me bebí y el que me voy a beber.


A partir de ahí todo lo que cuente es poco. De comer se pusieron como a nadie le importa: jamón, chorizo ibérico, revuelto de gulas y pollo en salsa. Cubierto el capítulo gastronómico, en el apartado de charlas la cosa también fue abundante y fluida. Porque contar con la presencia de un tonelero en Brácana siempre da juego para hablar del leitmotiv bracanero: el vino. Si a esto unimos que el Aníbal está relacionado indirectamente con Bodegas Alvear y que el Chechu es un boina verde la vida, con más tiros pegados que las pistolas de El Coyote, la fiesta está servida.


Hay algunos temas que salieron a colación de los que no puedo dar más referencias, por guardar el secreto de sumario. No obstante y a modo anecdótico, sí diré que a lo largo de la noche se bebieron la primera ginebra envejecida en barril que se ha probado en Brácana. Es un experimento que el Rafa Cabello está llevando a cabo, para comprobar cómo evoluciona en madera. No debe estar demasiado mala porque hubo incluso quien repitió.


Puedo contar más cosas, pero me las guardo no porque sean prohibidas sino porque también hay que deja un poco de intimidad al personal. Bácana es para vivirla y yo, aquí, sólo doy algunas pinceladas para que nos sigáis el hilo. La semana que viene más.


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