5 de enero de 2020

5 de enero de 2020 - Sin comentarios

Todo sea por el vino

Comienza octubre en Brácana, todavía reponiéndonos en la República del duro golpe que ha supuesto perder a un colega como El América que, en realidad, ya era una más de la familia. De hecho, el primer jueves sirvió para recordarlo una vez más, de una manera sutil, preparando unas Andreitas. Pero como la vida sigue, mis colegas han hecho propósito de seguir adelante y esto pasa por volver a la normalidad, después de dos semanas complicadas.




El segundo jueves del mes ha servido para celebrar uno de los eventos con más solera en Brácana como la Cata Ciega de Vinos. Después de una década, entiendo que ya sabéis de qué va esta historia ¿no? Es el Abertxale el que se encarga de la organización del cotarro, eligiendo tres vinos, anónimos para el resto. Me consta que lleva semanas preparando el evento, bien asesorado por el Kichi, con el que ha estado preparando el evento. De hecho, unos colegas que habitan en en la arboleda del Bulevar del Gran Capitán de Córdoba, me han chivado que han hecho alguna incursión por allí, buscando los productos adecuados.


Más adelante os comento cuáles fueron, pero antes me centro en las personas que ya son habituales años tras año en esta cita, y que esta vez tampoco faltaron. Además del ya mencionado Kichi, volvieron a la sede los hermanos Alvear, Luis y Fernando, además de el Manuel Jiménez. Todos ellos compartieron experiencias en torno a tres nuevos vinos, con un denominador común: vinos blancos jóvenes. Estos fueron los elegidos, con sus respectivas notas de cata.


Baigorri Blanco Fermentado En Barrica es un vino blanco de la D.O. Rioja, elaborado por la bodega Baigorri. Es una bodega de corte moderno que aplica la gravedad en todo el proceso de vinificación, tanto para el movimiento del vino, como de la uva, situada en el municipio de Samaniego, al sur de Álava (Rioja Alavesa). Baigorri Blanco Fermentado En Barrica está elaborado a partir de las variedades de Viura (90%) y Malvasía (10%). La uva procede de viñedos viejos cultivados de forma sostenible. Para su elaboración, la uva se despalilla a mano y se seleccionaen mesas de selección, antes de su maceración con sus hollejos durante algunas horas. Por último, la vinificación de Baigorri Blanco Fermentado En Barrica se realiza mediante una fermentación y crianza en barrica nueva de roble francés junto a sus lías, batonándose de forma regular durante unos 6-8 meses.

Peique Godello 2016 es un vino amarillo pajizo con reflejos verdosos. Se elabora en las Bodegas Peique, ubicadas en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo. Tiene un aroma franco e intenso con recuerdos de fruta exótica, flores silvestres y un fondo especiado. En boca es untuoso, fresco y agradable con un final delicado, fresco y auténtico, gracias a su elaboración a base de uva 100 por cien Godello.

Dulas es un vino elaborado en la zona vinícola Montilla Moriles, con uva Pedro Ximénez características de la comarca, en el Lagar de la Salud. A la vista es ligeramente dorado con tonos verdosos. En nariz experimenta una constante evolución: viajamos desde el sutil roble francés hacia delicadas notas cítricas y tropicales, complementadas con toques especiados. En boca elegante, expresivo y untuoso. Nos ofrece un final amplio, persistente y recuerdos de bollería.




Hasta aquí la parte más formal, aunque he de reconocer que la Cata Ciega anual tiene un puntillo de formalismo que sólo se repite una vez cada doce meses en Brácana. Allí escuché todo tipo de opiniones. Desde las más enológicas hasta las más mundanas, coincidiendo en que, para ser vino, no estaba mal ninguna de las tres marcas. Otra cosa es cuando el Fernando y el Luis pusieron sobre la mesa seis botella de Fino Capataz Solera de la Casa de Alvear. Aprovechando que este producto ha recibido el premio al Mejor Vino del año 2019 de España, por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quisieron compartirlo con el personal. Y claro, era cuestión de tiempo que la Cata Ciega pasara a un segundo termino, para centrarse en productos de cercanía, vamos de la casa de arriba.


Pero ojo, sin desmerecer ninguno de los catados, porque los tres vinos tenían buena pinta. Hasta aquí la crónica de hoy, Seguimos para bingo, porque octubre no para. Por cierto, que se me olvidaba. Que entre tanta muestra y tanta cata mis compinches y los invitados no pasaron por alto la ausencia de el América. Un servidor, Punselito, lo tiene ya a su lado aquí, en el limbo. Y si hoy no ha comentado nada, es porque todavía tiene un nudo en la garganta que no le permite expresarse como requieren estas ocasiones. Todo a su tiempo.

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