3 de julio de 2017

3 de julio de 2017 - Sin comentarios

De vuelta de las vacaciones

¡Me ha dejado! La muy garza me ha dejado en plenas vacaciones ¡Me cago en to lo que verdea! Yo que había planeado una semana a base de frutas y hueso de jibia, y me deja colgado por un puto tucán. Os lo tengo que contar porque si no, reviento. Además, me ha dicho Labordeta que mejor dejar salir el carácter agrio, como hizo él en el Congreso con el célebre ¡A la mierda! Os lo cuento rápido para haceros partícipes de mis penas.


El caso es que conseguí un vuelo baratico hasta Guatemala, colándome en la bodega de un avión turístico. Todo iba cojonudo. Ya me imaginaba yo en el hotel-nido que había reservado en la selva de Trikal, pero tuvo que entrometerse el hijo de buitre del que hablo. Claro, 50 centímetros de alas cortas y cola larga, y el puto pico naranja, es mucha tela para un pequeño diamante mandarín como yo. El caso es que nada más llegar al hotel, la garza de los cojones va y me dice:
- Mira Punselito, como amigos lo que quieras, pero puestos a pisar, el tucán empuja más que tú.
Y ahí se acabó la historia. Se dio media vuelta, cogió las llaves del hotel-nido y me dejó tirado en plena selva, entre pumas, ocelotes, mapaches boreales y murciélagos. Allí me las apañé como pude, compuesto y sin novia, sobreviviendo gracias a una pareja de loritos encapuchados que me acogieron y me acompañaron hasta el aeropuerto al día siguiente.
¡Vaya mojón de vacaciones! Encima vuelvo y hay semana blanca en Brácana y en el limbo, sin tener a quién contarle mis penas. Ya voy un poquito más recuperado, ahora que todo vuelve a la normalidad. Aunque no me quito de la cabeza a la garza de los cojones, voy tirando.
Entenderéis que no tenga muchas ganas de escribir, pero el compromiso es el compromiso ¡Yo no dejo a la gente tirada por un caprichito, copón! Así que ahí va la crónica de mi primer jueves de soltería, tras el affaire con la garcilla.


Dos nuevos embajadores llegaron hasta la sede, de la mano de mi amo, el Pepe Villegas y el Matías Casas. Ambos son compinches de el Pijo del Magreb en sus correrías por el mundo y hace semanas acordaron darse unos golpes en Brácana para conocer la República.Como siempre, le dieron vuelta a la actualidad mundial, como no haciendo escala especial en el fútbol y concretamente en N'Zonzi. Pero de lo que más se habló es de sucesos. El Villegas forma parte de los cuerpos de seguridad del vecino reino de España y mostró una batería de intervenciones y anécdotas interminable. Yo, que estaba desganadillo por lo que os he contado antes, no prestaba tampoco mucha atención, pero daba la sensación de que más allá de las fronteras bracaneras se había instaurado la Ley Marcial (como aquí hace algunos años, que todavía me tiemblan las patitas cuando lo pienso).


Entre anécdotas, risas y otras historias, fueron mojando la charla con fino C.B. ( y unas botellitas de Palacio Quemado que también cayeron) acompañado pertinentemente de jamón y queso, croquetas de roquefort y picadillo de naranja con bacalao.
Me vais a permitir que hoy no me extienda mucho más, pero es que no me llega el aliento al pico. Sí os digo que la próxima semana toca éxodo, viajando hasta la morada de el Juan Castillero.
Así que la próxima semana pa Montalbán, peregrinado hasta la Fundi. A ver si con un poco de suerte me encuentro a una jilguerita guapa en los limones que tiene el Juan, y alivio un poquito el tema.

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