15 de julio de 2017

15 de julio de 2017 - Sin comentarios

75.000 visitas después

Hace casi ocho años que mi amo comenzó a escribir la historia bracanera, aunque después he sido yo el que ha cogido el relevo, narrando semana a semana las andanzas de la República. Me ha dado por echar un vistazo a las estadísticas del blog y me he llevado una gratísima sorpresa.
¡Joder! Desde que se publicaron las primeras letras hasta ahora, más de 75.000 personas han visitado la Tertulia de vino fino, vía cibernética.
El 10 de enero del año 2010, mi amo publicaba lo siguiente:

Este blog es una rendición ante los tiempos modernos, ante las nuevas tecnologías. Hay veces en las que rendirse y afrontar los nuevos tiempos es la mejor manera de seguir resistiendo, de seguir viviendo a pesar de los pesares.
No soy un experto en vino, solo me gusta beberlo, ni tampoco en gastronomía, pero me gusta comer, y por eso quiero desde este blog contaros mis vivencias relacionadas con estos dos placeres de la vida.
La idea surge rodeado de buenos amigos, un jueves cualquiera, bebiendo y comiendo, oyendo buena música y charlando de lo divino y de lo humano.
Espero que disfrutéis con nosotros, tanto como nosotros lo hacemos cada jueves.




Pues sí. Esta fue la primera entrada, como digo hace casi ocho años, publicada en esta bitácora. Ufff..... se me han venido de golpe a la cabeza tantas cosas... El muro que separaba el salón de la cocina en el callejón; las espinacas del Ari; el manguerazo del patio con el Lin; la ginebra con pepino; el bebedero rebajado con fino al cincuenta por ciento; las calaítas que pillaba los jueves.... ¡Por el Cóndor Bendito de los Andes! Ahora que vuelvo a releer aquella declaración de intenciones, me doy cuenta de que esta historia ha cambiado mu poco. Ni mis compinches son expertos en vino, ni tampoco en gastronomía, pero tampoco pierden el sueño por ello. Donde sí son unos figuras, es en el arte del alterne. Si esto lo riegas con buen fino y lo aderezas con unas buenas vituallas, sale la tertulia de cada jueves.



Hoy he empezado en modo nostálgico, para dejar constancia de que más de 75.000 personas han pasado por aquí en todo este tiempo... y todo sigue casi igual. Con algunos cambios de cara, pero en esencia sigue siendo lo mismo. Para muestra, la Tertulia del pasado jueves. Ya sabéis que cuando llega el mes de julio la cosa comienza a despendolarse y, según pude ver y oir, este año no será una excepción. De entrada la semana que viene mis compinches pasan página en la sede, para dedicarse en cuerpo y alma a honrar con su presencia el recinto ferial de Montilla. Por ello, la última quedada ha servido para dejar claros aspectos de funcionamiento futuros que tendrán gran calado. Obviamente no puedo desvelar nada. Estando bajo secreto de sumario, lo que tenga que pasar más adelante, lo sabréis a su debido tiempo. Lo que sí puedo contar es que muchos meses después, volvió a la sede la fritura del Pepeluí y que, mi amo también volvió al redil. No sé si con pelusilla después de carias semanas o escaqueándose de sus nuevas labores paternales, pero el caso es que se pegó una escapá, dándose unos tientos con el personal.



Como digo, fue un jueves dedicado a las labores organizativas, de cara a la próxima temporada, en la que no personaron el manduquio. Regado por fino C.B. y tinto Xado Mas de Torubio, de Teruel, que aportó el Abertxale, se jalaron además de la fritura, unas tandas de solomillo a la placha, junto a una tarta helada.
Ya os contaré dentro de dos semanas, aunque después de la Feria de Montilla, comienza la diáspora vacacional. De hecho parece que el Paticorto y el Suerto se hacen con los mandos de la cocina, porque el ministro de alimentación pone pies en polvorosa.... A ver cómo sale todo esto.

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