20 de enero de 2019

20 de enero de 2019 - Sin comentarios

A falta de cocinero titular, bueno es queso

De vez en cuando, bueno, muy de vez en cuando, el ministro de alimentación se ausenta de la sede por cuestiones personales. Es el momento en el que se encienden todas las alarmas. En Brácana no ha habido grandes hambrunas, pero alguna que otra ha caído. Siempre ha coincidido con la baja del Pijo de los Balcanes, que el pasado jueves no estuvo en la República en la penúltima Tertulia de octubre. Al menos lo avisó con tiempo, dando a el Paticorto tiempo para organizarse y preparar un menú a la altura de las circunstancias. Es una forma de verlo, porque cada problema tiene mil ópticas diferentes, como contaré más adelante.


Fue el Paco Carrasquilla el único invitado novel de la noche, junto al mago Tanque, que apareció un jueves más por la sede. Ambos fueron testigos de lo que ya se conoce en Brácana como la Noche del Queso. De todos es sabido, al menos de más habituales de esta bitácora, que este producto lácteo no entra en la lista de ingredientes del Ministro de Alimentación. Así que cada vez que causa baja, el personal se pone las pilas innovando en torno alas variedades y formas de preparación más pintorescas. De hecho, para esta ocasión, el Paticorto preparó queso de cabra gratinado, quiche lorraine y fondue savoyarde. Entre medias, aportó una ensalada con tomate cherry, salsa de soja y gomasio, que fue la salvación de el Silencioso. Allí nadie sabía que al buen hombre no le gusta el queso fundido, así que esa noche hubiera pasada mas hambre que un lagarto detrás de una pita, de no ser por la ensalada.


Toda esta comida, estuvo pertinentemente regada por mosto de Las Puentes, guardado de la semana anterior. Esta vez sí dieron con él, cerrando ya el final de octubre, al menos en lo que a embajadores se refiere. La quedada solitaria de principios de mes se adelanta al jueves que viene, para empezar noviembre con nuevos juramentos.

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