17 de enero de 2019

17 de enero de 2019 - Sin comentarios

Tertulia tranquilita

De vez en cuando viene bien un jueves de descanso. No es que mis colegas hayan hecho la pirula en la Tertulia, simplemente que hay quedadas más tranquilas que otras y la últimas fue de las primeras. A ello contribuyeron los invitados de la noche, el Miguel Urbano y el Francis Algaba, futboleros ambos de pro, que llegaron a la República de la mano del ministro de alimentación.


Esto propició una charla del deporte rey, acalorada por parte del el Suerto, que está que se sale tras la consecución de la Europa League por parte del Atlético de Madrid ante el Marsella. Con la caña que le dieron después de la eliminación de la Champions, había deudas pendientes de saldar, según pude ver.
Una tertulia tranquila implica conversaciones serias, al menos en la mayoría de los casos. Así que la mayor parte de la noche, la tertulia giró en torno a dos temas: la mejor fórmula para alquilar un coche y la situación del Campo de Gibraltar. Al parecer, según contaron, aquello es poco menos que sodoma y gomorra con el tema de la droga. Y claro, donde hay temas polémicos, hay visiones diferentes. Más o menos lo que siempre pasa en la barra de una taberna: arreglar el mundo a golpe de saliva. Que si falta presencia policial, que si la policía está juntá, que si falta mano dura... nada que no haya escuchado antes.


Entre charla y charla, copa y copa y tras los entrantes de rigor, se zamparon unas gulas con huevo como plato estrella, antes de meterle mano al bizcocho aportado por los nuevos embajadores, previo a los digestivos con los que se cerró la noche. Eso sí que no lo perdonan.

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